< XII >





De vuelta a la ciudad sin nombre. Nosferatu y Alexis se encuentran en la cocina de la casa de Nosferatu.

Es una cocina modesta. Con un estilo de los años cincuenta.

Es una cálida noche de primavera y Nosferatu ha abierto las puertas para dejar entrar al aire fresco.

Alexis se sienta en una silla, está magnífica.

Nosferatu se acerca al equipo de sonido y aprisiona el botón de reproducir en el disco compacto y dice: "Alexis, mi linda, tienes cincuenta años metida en esa pequeña cabaña, te has perdido de mucho. Pero, de entre todas las cosas, sólo hay dos, que realmente importan. Las únicas dos cosas importantes salidas de la era tecnológica: Elvis y una limonada batida. Y te voy a dar a probar las dos… ahora".

Mientras Elvis canta "Kentucky Rain" Nosferatu busca cuatro limones en la nevera. Alexis lo sigue con la mirada. Va a la mesa. Corta los limones. Nosferatu canta: "Rain in my shoes, can you get any sadder than that?"

Alexis sigue el ritmo de la canción con la cabeza.

Nosferatu exprime los limones dentro de los vasos. Saca hielo del congelador y pone los cubos también dentro de los vasos. Luego, vierte agua del grifo. Entonces toma un puñado de azúcar y dice con la mano en alto: "¿Te gusta el azúcar, no, mi querida Alexis?"

Alexis sacude la cabeza: "Oooohhhh, yes!"

"Me gusta cuando dice "tren de medianoche". He visto los trenes en la medianoche. Me ha tocado estar sentado junto a los rieles, sin nadie más a mi alrededor, y ver pasar los trenes. Es en esos momentos en que pienso en el conductor. Y a veces, me ha hecho sentir como si fuese el conductor del tren. Ahí, sentado, sin nada más que hacer".

Alexis frunce el ceño y dice: "yo también conozco la soledad".

"Sé que sí, Alexis".

Nosferatu sacude las bebidas y dice: "Pero ahora, Alexis, un poco de felicidad".

Le entrega la limonada.

Ella lo mira con el medio limón cortado todavía flotando en el líquido, con esa mirada de asombro que tienen los niños curiosos.

"Espera Alexis, vamos al porche para sentarnos en las sillas del jardín".

Salen.

Se sientan en las sillas del jardín.

Una enorme luna naranja brilla sobre ellos.

Alexis bebe la limonada y dice: "Me gusta, me gusta", igual como lo dijera un niño curioso.

"Sabía que te gustaría".

Pasan dos horas y cuatro vasos de fresca limonada batida.

Nosferatu dice, "¿Hueles?"

"Primavera", dice Alexis.

"Sí, primavera. Siempre acertada, Alexis".

"Me gusta la limonada".

Nosferatu y Alexis sonríen.